El pasado 9 de enero de 2025, hace ya un mes, nos reunimos para despedir a Lala en el Tanatorio Crematorio de Mascotas, Cresma. No fue solo una despedida, fue un homenaje a una perra excepcional, una compañera incansable en el mundo de las intervenciones asistidas con animales. Su partida deja un profundo vacío en quienes tuvimos el privilegio de conocerla y trabajar con ella.
En la promoción 2017-2018, mi compañera Esther y yo realizamos el Máster de Intervenciones Asistidas con Animales, una experiencia enriquecedora de la que estamos profundamente agradecidas.
Quiero aprovechar este espacio para expresar mi gratitud hacia Irene y Miguel de ACEA Adiestradores, profesores del Máster y con quienes tuve el honor de asistir junto a Lala para adiestrarla. Asimismo, al resto de profesorado, David Barroso de Río Safari con quien aprendí sobre leones marinos a Vanesa Carral, psicóloga ejemplar, a Ana Pliego, terapeuta ocupacional que me hizo reconectar con mi pasión por los caballos, y, por supuesto, a Carmen Carretón persona excepcional y mi directora del Trabajo de Fin de Máster. Por aquel entonces, Esther y yo compartimos con Lala un hermoso proyecto en varios colegios de San Vicente del Raspeig, donde realizamos intervenciones asistidas con animales.
Lala también me acompañó en algunas intervenciones psicológicas, dejando una huella imborrable en quienes la conocieron. Recuerdo con especial cariño las intervenciones con Elya y Cristian, donde su presencia fue un consuelo y un puente para la comunicación.
Los animales tienen una capacidad asombrosa para conectar con las emociones humanas. Nos enseñan sobre la lealtad, la empatía y el amor incondicional. En el ámbito de la psicología, su papel es invaluable. Aportan seguridad, reducen la ansiedad y fomentan la expresión emocional en personas que, de otro modo, podrían sentirse aisladas. Lala, con su dulzura y entrega, representaba a la perfección esa magia que los animales brindan en las terapias.
Hoy nos queda su legado, el recuerdo de su ternura y la inspiración para seguir adelante en esta hermosa labor de intervenciones asistidas con animales. Descansa en paz, querida Lala, y gracias, por tanto.
Elena María Marín Altozano ,antigua psicóloga de la Fundación y actual voluntaria.
