Han finalizado las convivencias organizadas por la fundación 5p- en este año. Han participado más de veinte familias de niños afectados por el conocido como síndrome de maullido del gato.
La organización del evento ha contado con el apoyo de voluntarios del SAOD, además de varios profesionales dedicados al estudio de esta enfermedad.
Sirvan estas líneas para agradecer inmensamente tanto a profesionales como a los voluntarios la entrega y dedicación en la que sacrifican su tiempo de descanso para que la vida de estos niños sea un poco mejor cada día. Personas como estas, sin duda, ayudan a que el mundo sea un poco mejor para todos.
Del maullido del gato al rugido del león
Si algo aprende un novato al llegar a estas convivencias es que el síndrome de maullido de gato limita algunos de los aspectos de la vida de nuestros hijos, pero no su capacidad para ser felices.
Además, este síndrome tiene unos efectos secundarios sobre quienes viven cerca de uno de estos niños: Convierte a sus padres en personas con una visión más limpia de la vida, de lo que es importante y lo que no, les inspira valor, coraje y capacidad de sacrificio. Demuestran su solidaridad acogiendo a los los recién llegados y contagian sus ganas de vivir a quienes tienen la fortuna de conocerles. En definitiva, les hace grandes como personas y auténticos leones y leonas peleando por sus hijos.
En estas convivencias hay tiempo para todo, los niños disfrutan de sus juegos y actividades, los mayores de la orientación, del descanso y también de las actividades que se pueden compartir con los peques.
Pero sobretodo, se disfruta de la compañía mutua de familias que luchan por el mismo objetivo, independientemente de su procedencia, sus ideas o situación.